dimanche 20 décembre 2009

El Cherif Mulay Ahmed Raisuni


El Cherif Mulay Ahmed Raisuni fue, sobre todo, un patriota. Así se desprende de leer la copiosa producción de crónicas españolas de la época donde, sea por activa o por pasiva, el patriotismo del Cherif queda por encima de cualquier otra consideración. Quienes escriben a su favor son, naturalmente, más directos en sus manifestaciones. Gabriel Maura, en su libro “La cuestión de Marruecos desde el punto de vista español”, de 1905, dice que “en esta época decadente y pacífica es el Raisuni lo que la prensa europea llama un “bandido”, pero en España sería de la misma raza de los que conquistaron América o encabezaron la guerra de la independencia contra los franceses”.

 Por su parte, Manuel L. Ortega en su libro “El Raisuni” de 1917, dice de él que ...”cuando contemplamos a este Cherif, emperador de la montaña, encastillado en las fortalezas naturales de la serranía, imponiendo su voluntad a Inglaterra y a los Estados Unidos, a pesar de los cañones, de los fusiles, del oro, de la soberbia de esos dos países tremendos en sus decisiones, comprendemos que el Raisuni no es un hombre vulgar...”. Y añade: “Contra todo lo que significase mengua de los derechos de su país luchó en aquellos días Mulay Ahmed”. Tomás García Figueras, en su libro “Marruecos” dice que “el Raisuni era un hombre de inteligencia clarísima y despierta, político de condiciones excepcionales, conocedor profundo de su pueblo y poseedor de todos los recursos que precisa un buen gobernante; tenía una visión clarísima de la política internacional y del mundo islámico; desde el punto de vista marroquí, anhelaba un Marruecos libre e independiente, sin tutela extranjera alguna”.



Opiniones, pues, que contrastan con la consideración de quienes veían en él un simple bandolero. Pero, por pasiva, también cuantos escriben en su contra no dejan de traslucir su patriotismo. Isaac Muñoz, en su libro “En tierras de Yebala”, de 1913, dice de Raisuni que “desde tiempo no cercano ha venido tenazmente laborando en la sombra con dura persistencia, con actividad infatigable e implacable; y de una manera resuelta podemos afirmar hoy que el alma máxima de la rebelión contra España ha sido el fiero personaje de Arcila”.

Francisco Hernández Mir, en su libro “Del desastre a la victoria, 1921-1926”, publicado precisamente ese último año, dice a propósito del Raisuni que “lejos de sernos útil su anunciada (nada más que anunciada) colaboración, su influencia se reflejó en las cabilas con efectos tales que contribuyeron en grado sumo a preparar lo que pocos meses después estallaba con ímpetu que puso en peligro muy serio cuanto más caro podía sernos en la labor protectora y aun en otros órdenes de más monta todavía”. Es decir, el afán de mantener a su país fuera de la influencia extranjera y el recurso a las armas para lograrlo eran para el Cherif una cuestión irreductible.
Personalidad tan compleja, tan rica y apasionante no ha podido quedar exenta de un tejido de leyendas suscitadas sobre todo por las dos potencias que, en la época, más ambicionaban expandir sus imperios cuanto fuera posible. Francia e Inglaterra sabían del inmenso prestigio del Cherif y eran conscientes de que sólo una campaña bien urdida podía cercenar la hierba bajo los pies de su figura. Una de esas patrañas es la supuesta ayuda que prestó a los españoles para que ocuparan Larache y Alcazarquivir en junio de 1911. Con ello se pretendía poner de manifiesto la entrega del Cherif a España y destruir, por lo tanto, su imagen de luchador por la independencia de su país.


El periodista inglés Walter Harris, corresponsal en Tánger del “Times”, fue el autor de esa leyenda que, como suele ocurrir siempre que alguna noticia queda registrada en letra impresa, cobra carácter de irrefutable, por más que muchos tengan constancia de su falsedad. Es el famoso dicho de que “calumnia, que algo queda”, sobre todo si la calumnia merece los honores de un recuadro en primera página de un rotativo de prestigio. La noticia sirve de fuente para cuantos, después, pretenden ser cronistas de los hechos de que se trate. Y así, el propio Manuel L. Ortega, que ya hemos citado, no tuvo empacho en recoger semejante aserto, sin molestarse en documentar la noticia, en la biografía que escribiera sobre el Cherif en 1917. Y como él, todos cuantos han historiado aquella época. Vano hubiera sido el esfuerzo de apoyar documentalmente lo que no era más que una falsedad, porque los documentos que existen va, precisamente, en dirección contraria.
Hay una primera consideración a la que conviene atenerse y es que la ocupación de Larache y Alcazarquivir se había convertido en una necesidad perentoria para el Gobierno español desde la ocupación francesa de Uxda y, meses más tarde, de Casablanca.


El Cherif Mulay Ahmed Raisuni suele aparecer en la historiografía como un personaje ambiguo en sus relaciones con España, como un hábil maniobrero que en ocasiones se mostraba colaboracionista con los intereses españoles y otras irreductible defensor de la independencia de los territorios bajo su dominio, en los que practicaba asimismo una política ambigua en sus relaciones con el Majzen. La realidad es que, como reconoce Tomás García Figueras, anhelaba un Marruecos libre e independiente, sin tutela extranjera alguna. Un periodista y agente británico, Walter Harris, que sufriría secuestro por parte del Cherif, fue quien propaló en las páginas del “Times” la especie de que El Raisuni estaba vendido a los intereses españoles y que gracias a su colaboración las tropas españolas pudieron desembarcar el 8 de junio de 1911 en Larache y tomar a continuación Alcazarquivir. Esta acción militar era la reacción española a la ocupación francesa de Uxda y Casablanca y al amago de Francia de instalarse en Alcazarquivir, ciudad que quedaba en la zona de influencia española, según el Acuerdo secreto hispano- francés de 1904.
Numerosos testimonios y documentos sirven para desmontar la patraña urdida por Harris y ponen de manifiesto una actitud más colaboracionista con España por parte del Majzen que  la que sedicentemente se le atribuye al Cherif.

1 commentaire:

  1. La verdad es que no creo que le gustase a El Raisuni ver cómo conquistaban su país extranjeros y, además, españoles infieles. Es difícil emitir un juicio: por una parte un señor feudal que tiene su base en Asilah y en la Yabbala en general, por otra un rebelde, tanto a la República del Rif de los riffis de Abd El Krim, como al Majzen, como al comisario español. El general Berenguer le intentó convertir en una especie de El Glaoui, el colaboracionista de Marrakesch, pero de la Yebbala.
    Saludos.

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