mardi 22 avril 2025

Emilio Zapico, cónsul en Larache en los años 1920


Emilio Zapico, cónsul en Larache en los años 1920

Contexto y nombramiento en Larache

Emilio Zapico Zarraluqui fue un diplomático español nacido en Oviedo en 1878. A principios del siglo XX, España estableció su Protectorado en el norte de Marruecos (1912), y Larache –puerto estratégico sobre el Atlántico– se encontró en la zona de influencia española. Zapico ingresó en la carrera consular y fue destinado a Marruecos. Hacia 1921-1922, fue nombrado cónsul de la Nación española en Larache, función que equivale de hecho a la de administrador civil principal de la ciudad durante el Protectorado. Ocupó este cargo durante aproximadamente cuatro años, hasta su sustitución en enero de 1926. Su título oficial de cónsul subraya que representaba al Estado español ante las autoridades locales marroquíes, pero su rol iba más allá de la simple diplomacia: asumía responsabilidades administrativas, de seguridad y de desarrollo local durante un periodo difícil (la guerra del Rif, 1921-1926).

Funciones y responsabilidades en Larache

Como cónsul y principal administrador de Larache, Emilio Zapico ejerció funciones variadas. En el plano administrativo, supervisó la población local y se encargó del orden público. Por ejemplo, en 1923 introdujo la entrega de "carnets de identidad" a los residentes marroquíes de la ciudad para controlar sus desplazamientos y su estancia en Larache. Esta medida de policía administrativa buscaba "fiscalizar la permanencia y el tránsito de los indígenas (moros) en la localidad". También supervisó la prensa: bajo su autoridad, un corresponsal local del periódico Le Petit Marocain, que había sido arrestado por noticias consideradas tendenciosas, fue liberado en abril de 1923, lo que demuestra su poder de decisión sobre asuntos de censura y detención.

En el plano diplomático, aunque Larache se encontraba en zona española, Zapico actuaba como intermediario con las autoridades marroquíes (el qaid local y el representante del sultán) y coordinaba la acción colonial. Colaboró con el ejército español presente en la región para la pacificación del Rif. Al mismo tiempo, mantenía relaciones con los notables y la sociedad civil de Larache. Se implicó en proyectos de infraestructura urbana y cultural, como ilustra su participación en la creación del Teatro España, inaugurado más tarde en 1927 pero impulsado por él desde 1911.

En resumen, el cónsul Emilio Zapico acumuló en Larache funciones administrativas, policiales y diplomáticas. Representaba al gobierno español, aplicaba las decisiones del Alto Comisariado de Tetuán, gestionaba los asuntos cotidianos de la ciudad y contribuía a iniciativas locales (control de residentes, censura de prensa, proyectos urbanos). Lo hizo con un espíritu considerado "republicano y demócrata", cercano a los medios liberales: Zapico era un francmasón declarado, miembro activo de logias en Larache y Tetuán. Esta orientación progresista pudo influir en su gestión benevolente hacia la población local y las asociaciones. Sin embargo, también le atrajo enemistades en un contexto en el que la administración colonial española desconfiaba de las ideas liberales. En enero de 1926, bajo el régimen del general Primo de Rivera, Zapico fue cesado de sus funciones en Larache, probablemente debido a estas opciones políticas y sus vínculos masónicos.

Trayectoria profesional antes y después de Larache

Antes de su nombramiento en Larache, Zapico sirvió posiblemente en otros puestos consulares. Su trayectoria diplomática internacional lo llevó a México, donde fue iniciado en una logia masónica local durante los años 1910. En 1911 ya se encontraba en Larache (quizá como vicecónsul) donde concibió el proyecto de un teatro local. Fue nombrado oficialmente como cónsul a principios de los años 1920, cargo que desempeñó hasta 1926.

Después de su salida de Larache, Zapico continuó su carrera en América. Fue cónsul general en Nueva York y luego en México al inicio de la Segunda República. En 1932 regresó a Marruecos como Delegado general del Alto Comisariado en Tetuán, segundo en jerarquía tras el alto comisario, encargado de supervisar la administración civil del Protectorado. Esta confianza del nuevo régimen republicano fue efímera: en 1933, bajo presión del nuevo alto comisario Luciano López-Ferrer, fue trasladado a Puerto Rico debido a su vinculación masónica.

Durante la Guerra Civil, Zapico se alineó con el bando republicano. Tras la victoria franquista, fue excluido del servicio diplomático y cayó en el olvido. Su fecha y lugar de fallecimiento no están documentados aquí, pero se presume que terminó su vida en el exilio.

Cronología resumida de sus acciones en Larache

  • 1911: Propone la construcción del Teatro España.

  • 1922: Nombramiento oficial como cónsul en Larache.

  • 1923: Introduce carnets de identidad para los residentes marroquíes; libera a un periodista local arrestado.

  • 1924: Apoya la fundación de la logia masónica Lixus nº23 en Larache.

  • 1925: Interviene como mediador en un secuestro; colabora con las operaciones del ejército durante la guerra del Rif.

  • 1926: Es cesado de su cargo y sustituido por orden del Alto Comisariado.

  • 1927: Inauguración del Teatro España, cuya idea original fue de Zapico.

Fuentes y archivos

  • Gaceta de Madrid (nombramientos, condecoraciones)

  • Archivo General de la Administración (AGA), fondo Marruecos.

  • Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), Salamanca: expediente masónico personal.

  • Periódicos de la época: El Popular, El Debate, prensa francesa e inglesa.

  • Actas de la Gran Logia Regional del Marruecos (marzo de 1933).

Este recorrido pone en evidencia la importancia de Emilio Zapico como figura clave de la administración civil española en Larache y su compromiso con un modelo republicano, liberal y progresista.

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