La Calle Real de Larache: Un Cruce de Culturas y Recuerdos
La Calle Real de Larache, con sus múltiples nombres a lo largo de la historia - Calle de la Marina, Calle 8 de Junio, Calle 2 de Marzo - ha sido por siglos el corazón vibrante de esta ciudad marroquí. Más que una simple vía de tránsito, fue un crisol de culturas, donde musulmanes, cristianos y judíos convivían, comerciaban y creaban una sinfonía de tradiciones.
Desde el embarcadero, donde las desmesuradas colas de veraneantes esperaban su turno para cruzar, hasta la empinada calle peatonal y sus laberínticos callejones, la Calle Real era un hervidero de actividad. Los barbateños, con sus barcos recién atracados, cruzaban descalzos para abastecerse de pan blanco y verduras. Los alunos de las escuelas, los marineros, los obreros de las fábricas de conserva, todos transitaban por esta arteria principal, llevando consigo la vida cotidiana de Larache.
La calle Real no solo era un espacio de encuentro, sino también un mercado bullicioso. El Zoco Chico, con sus tiendas abarrotadas, era una extensión natural de la calle, donde se mezclaban los aromas del pan recién horneado, la lana lavada, los artículos de regalo y las frutas y verduras frescas. Las mujeres envueltas en sus "haik" vendían sus productos con la sabiduría de la tierra, mientras que los artesanos, como el sastre judío Bensason o el hojalatero Primo, ejercitaban sus oficios con maestría.
La calle Real también albergaba la memoria de Larache. La antigua iglesia de San José, la sinagoga de Joseph Berdugo y la Zawia de Moulay Abdelkader, con su belleza arquitectónica, recordaban las diferentes religiones que se habían entrelazado en esta ciudad. La casa de Rafael Amselem, con su historia de migración y apoyo a los jóvenes larachenses, era un testimonio de la generosidad y la solidaridad que caracterizaban a sus habitantes.
La Calle Real, con sus tiendas, sus calles empinadas y su mezcla de culturas, era un microcosmos de Larache. Cada rincón, cada tienda, cada habitante, encarnaba la esencia de esta ciudad, un lugar donde la tradición y la modernidad se fusionaban en un espacio único. Hoy, aunque la calle ha cambiado, sus recuerdos permanecen vivos, recordándonos la belleza de un pasado donde la diversidad y la armonía convivían en una danza única.
el bar de los <sarrias no era de los Sarrias era de Isidro Cortes Rodriguez subastador de la lonja, ex-sargento de la compañia de mar que llegó a Larache el 9 de junio de 1911 el base llamaba "La Concha" , tambien era socio con Salomon en el bar Royal, encima del bar "La Cocha· estaba el posito de pescadores y la vivienda de Isidro Cortes Rodriguez que el mandó conmstruir con e permiso del Majzen
RépondreSupprimerTotalmente cierto todo lo referentea a Isidro Cortés Rodriquez, que era mi abuelo, por parte de mi padre. Y aún muchas cosas más que contar sobre él. tanto como propietario de barcos, y camiones de transportes. Se podría contar sobre toda una vida llena de aventuras
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